JUVENTUD DIVINO TESORO.
Para L.E.G.V.
Es lindo encontrar un tesoro en estas alturas de la vida, pero realmente si deseas tener uno, lo único que tienes que hacer es mirarte a ti mismo y decirte que tu encierras un tesoro, ya que ser joven implica tener una riqueza, porque en la etapa lozana por la que estamos pasando damos nuestras energías en el ámbito familiar, académico o laboral. Ser joven, y más aún un futuro educador, nos llena de satisfacción y responsabilidad a la vez, porque en nuestra manos están los futuros hombre que llevarán las riendas de nuestra nación; y gran compromiso el nuestro lleno de preparación para afrontar el reto que el destino nos depara.
Los jóvenes, y en especial los que seguimos estudios superiores, constituimos la élite estudiantil y académica de nuestro país, y por consiguiente la fuerza de una voz que pregona que los jóvenes somos el presente y futuro de nuestro Perú, ¡si!, este país que paradójicamente nos brinda escasas posibilidades de desenvolvernos en nuestro ámbito, pero ello no significa que nuestro valor se vaya por los suelos; al contrario, es hora que la juventud no ande a hurtadillas, como si fueran errantes sumergidos en la ignorancia y negligencia, ¡no!, somos los suficientemente competentes para decir ¡presente!, y afrontar atinadamente la coyuntura social y política de la tierra que nos vio nacer, y que se ve enmarañada por una serie de deslices de nuestra autoridades. Y desde esta tribuna hago una invocación a mis contemporáneos a no desmayar, a no tirar la toalla, porque nuestra nación nos necesita, y nos necesita lúcidos, y con unas ganas tremendas de enfrentar nuestra realidad; y desde luego nuestra preparación tiene que ser cabal, que cubra las exigencias de la globalización, la informática y la competitividad de nuestra moderna sociedad. Además tomando conciencia de nuestro potencial humano, nos daremos cuenta verdaderamente del gran tesoro que llevamos dentro de nosotros.
Es lindo encontrar un tesoro en estas alturas de la vida, pero realmente si deseas tener uno, lo único que tienes que hacer es mirarte a ti mismo y decirte que tu encierras un tesoro, ya que ser joven implica tener una riqueza, porque en la etapa lozana por la que estamos pasando damos nuestras energías en el ámbito familiar, académico o laboral. Ser joven, y más aún un futuro educador, nos llena de satisfacción y responsabilidad a la vez, porque en nuestra manos están los futuros hombre que llevarán las riendas de nuestra nación; y gran compromiso el nuestro lleno de preparación para afrontar el reto que el destino nos depara.
Los jóvenes, y en especial los que seguimos estudios superiores, constituimos la élite estudiantil y académica de nuestro país, y por consiguiente la fuerza de una voz que pregona que los jóvenes somos el presente y futuro de nuestro Perú, ¡si!, este país que paradójicamente nos brinda escasas posibilidades de desenvolvernos en nuestro ámbito, pero ello no significa que nuestro valor se vaya por los suelos; al contrario, es hora que la juventud no ande a hurtadillas, como si fueran errantes sumergidos en la ignorancia y negligencia, ¡no!, somos los suficientemente competentes para decir ¡presente!, y afrontar atinadamente la coyuntura social y política de la tierra que nos vio nacer, y que se ve enmarañada por una serie de deslices de nuestra autoridades. Y desde esta tribuna hago una invocación a mis contemporáneos a no desmayar, a no tirar la toalla, porque nuestra nación nos necesita, y nos necesita lúcidos, y con unas ganas tremendas de enfrentar nuestra realidad; y desde luego nuestra preparación tiene que ser cabal, que cubra las exigencias de la globalización, la informática y la competitividad de nuestra moderna sociedad. Además tomando conciencia de nuestro potencial humano, nos daremos cuenta verdaderamente del gran tesoro que llevamos dentro de nosotros.
2 comentarios
Patricia Vega Villavicencio -
Sé que muchas veces le apostamos a algo, y sentimos que las cosas no se dan, pero una cosa tengo muy clara, si tú le apuesta al 100%, tarde o temprano las cosas se van a dar, como me dijo alguna vez un gran amigo “tú vas al mar, y ves que el agua golpea la piedra, aparentemente no sucede nada, pero con el tiempo y con la insistencia del agua, la piedra se transforma, cambia, lo que parecía imposible, es una realidad.
No desesperen, apuesten, pero apuesten con los pies en la tierra, siendo concientes de nuestras aptitudes, de nuestras ventajas y desventajas, por supuesto, y apueste a algo que vale la pena. no apuesten 100 soles, a un caramelo que vale 10 céntimos, apuesten a Ganar.
Seamos Agua, pero agua cristalina.
Suerte
charapo -